

El viajero de las palabras
Diciembre: el mes de la memoria y el fuego tenue
Diciembre llega con un suspiro: los días se acortan, el aire se vuelve más denso, y el mundo parece detenerse antes de cerrar el año. Es el mes de mirar hacia atrás, de recordar lo vivido, de sentir los ecos que el tiempo ha dejado en las paredes y en los corazones. Los libros, como testigos silentes, nos ofrecen refugio y guía: sus páginas son casas en las que podemos habitar por un instante, escuchando lo que el pasado tiene para decirnos.
He caminado por muchos mundos y, en diciembre, me detengo en la memoria. Cada historia que leo se vuelve un espejo: refleja lo que fuimos y lo que tal vez aún podemos ser. Ocho libros componen este ciclo: desde la metamorfosis de Kafka, hasta la crónica de García Márquez; desde el despertar espiritual de Hesse, hasta el amor tardío de Benedetti; desde el absurdo de Kafka y la posguerra de Laforet, hasta la vida silenciosa de Stoner y la eternidad de los libros según Vallejo. Cada obra abre un espacio distinto, pero todos nos invitan a mirar adentro, a descubrir la luz que persiste entre las sombras.
Caminaré junto a estos autores, deteniéndome en cada página, escuchando sus voces, absorbiendo su tiempo. Si me acompañas, no traigas prisa: la memoria exige calma, y cada lectura es un acto de contemplación.
Diciembre nos recuerda que incluso cuando todo parece apagarse, el fuego del pensamiento y del recuerdo sigue encendido. Y que las historias, como los años, terminan solo para comenzar de nuevo en quienes las leen.
-El viajero de las palabras

